El toro de Pucará está totalmente realizado a mano, es decir, con la ausencia absoluta de moldes. Solamente intervienen dos elementos mecánicos. Uno para hacerle los ojos empleando una llave hueca de canuto y, el otro, un pequeño moldecito para hacer los rosetones con que va adornado. La quema la hacen en hornos improvisados, muy rústicos. Primero cavan en el suelo un hoyo grande, revestido con una capa de guano de vacuno, bosta, y le llaman “kagua”. Luego colocan la primera tanda de objetos para quemar (ollas, toritos, caballitos, etc.), la quema, durará 24 horas y llegará a producir de ochocientos a novecientos grados de calor.